Domingo, 31 de mayo de 2020 
 FIESTA DE PENTECOSTÉS

NOVENA

AL ESPÍRITU SANTO

 

Oraciones para todos los Días

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende ellos la llama de tu amor. Oh, Dios, que con la Luz del Espíritu Santo ilumines los corazones de tus fieles, concédenos que, guiados porel mismo Espíritu, disfrutemos de lo que es recto y nos gocemos con su consuelo celestial.

1.- Ven Espíritu Santo, por tu don Sabiduría, concédenos la gracia de apreciar y estimar los bienes del cielo y muéstranos los medios para alcanzarlos.

2.- Ven, Espíritu Santo, por tu don de Entendimiento, ilumina nuestras mentes respecto a los misterios de la salvación, para que podamos comprenderlos perfectamente y abrazarlos con fervor.

3.- Ven, Espíritu Santo, por tu don de Consejo, inclina nuestros corazones a actuar con rectitud y justicia para beneficio de nosotros mismos y de nuestros semejantes.

4.- Ven Espíritu Santo, por tu don de Fortaleza, fortalécenos con tu gracia contra los enemigos de nuestra alma, para que podamos obtener la corona de la victoria.

5.- Ven, Espíritu Santo, por tu don de Ciencia enséñanos a vivir entre las cosas terrenas para así no perder las eternas.

6.- Ven, Espíritu Santo, por tu don de Piedad, inspíranos a vivir a sobria, justa, y piadosamente en esta vida, para alcanzar el cielo en la otra vida.

7.- Ven, Espíritu Santo, por tu don de Temor De Dios, hiere nuestros cuerpos con tu temor para así trabajar por la salvación de nuestras almas.

Oración:

Oh Dios, que has unido las naciones en la confesión de tu nombre, concédenos que los que han renacido por el agua del bautismo, tengan la misma fe en sus corazones y la misma piedad en sus acciones.

Oh, Dios, que enviaste el Espíritu Santo a los apóstoles, oye las oraciones de tus fieles para que gocen de la verdadera paz, quienes, por tu gracia, han recibido el don de la verdadera fe. Te suplicamos, oh, Dios, que tu Santo Espíritu encienda en nuestros corazones esa llama que Cristo trajo a la tierra y deseó ardientemente fuera encendida.

Inflama, oh, Señor, nuestros corazones con el fuego del Espíritu Santo, para que te sirvamos castos de cuerpo y limpios de corazón. Enriquece, Señor, nuestros corazones derramando con plenitud tu Santo Espíritu por cuya sabiduría fuimos creados y por cuya providencia somos gobernados.

Te suplicamos, oh, Dios Todopoderoso y Eterno, que tu Santo Espíritu nos defienda y habite en nuestras almas, para que, al fin, seamos templos de su gloria.

Te pedimos, Señor, que, según la promesa de tu Hijo, el Espíritu Santo nos lleve al conocimiento pleno de toda la verdad revelada. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.